Urgen a legislar sobre Nuevas Masculinidades Pacíficas para prevenir violencia de género

Luego del ataque armado ocurrido el 9 de noviembre, en el restaurante-bar “Los Cantaritos”, ubicado en el centro de la ciudad de Querétaro, México. En el que de acuerdo con declaraciones de la presidenta de México Claudia Sheinbaum, la masacre en la que fueron asesinados siete hombres y tres mujeres, la cual se derivó debido a que los criminales “iban por una persona”, habiendo hasta el momento un detenido, pero aún continúan las investigaciones con apoyo de las fuerzas armadas y para lo cual están en contacto Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y el gobernador de Querétaro Mauricio Kuri.

Las organizaciones SOS Discriminación Internacional Querétaro, México y el Observatorio Juvenil por la No Discriminación Querétaro (OJQ) condenaron y lamentaron profundamente los hechos violentos. Además de expresar sus condolencias a las familias de las víctimas, entre las que se encontraban varias personas jóvenes, pidiendo al mismo tiempo justicia para ellas y que las autoridades den una pronta resolución del caso.

En ese sentido, las mencionadas organizaciones juveniles urgieron a las y los legisladores de Querétaro, así como a diputados y diputadas federales a legislar sobre las nuevas masculinidades para prevenir criminalidad y violencia de género, también en el marco del 19 de noviembre “Día Internacional del Hombre” y del 25 de noviembre “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”.

“Es urgente que diputadas y diputados de Querétaro, así como los legisladores y legisladoras federales en el Congreso de la Unión, realicen una legislación con perspectiva de género que incluya las nuevas masculinidades, como lo han hecho otros países como Perú, en donde ya existe la “Ley de fomento de masculinidades para la igualdad de género” y que esta, pueda servir como un referente para la construcción de la ´Ley de Nuevas Masculinidades Pacíficas y Saludables en Querétaro´ para prevenir la criminalidad y la violencia de género en Querétaro, así como en toda la República Mexicana. Pues según estudios sobre el homicidio que ha realizado la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), cerca de 95% de los homicidas a nivel global son hombres. Mientras que Emilio Daniel Cunjama López, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), en México, ha revelado, que ya sea como víctimas o como victimarios, cada vez más, los jóvenes tienen relacionada su vida con la violencia”. Puntualizaron las Juventudes de SOS Discriminación Internacional Querétaro.

Así mismo, recordaron que según el periódico “El economista” informó que “cada año ocurren más de 33 mil delitos contra menores de edad, más de 13 mil homicidios y 95 feminicidios; a escala nacional hay más de tres mil adolescentes en conflicto con la ley; más de 66 mil personas entre 18 y 29 años se encuentran en prisión; la principal causa de muerte de las personas de 15 a 35 años son las agresiones y homicidios”.

En el mismo tenor, el Observatorio Juvenil por la No Discriminación destacó que investigadores e investigadoras de los estudios de las nuevas masculinidades, sostienen que “El análisis de la criminalidad desde una perspectiva de género implica una nueva manera de leer los datos de la realidad, para poder comprender la medida en que los diferentes mecanismos de socialización diferenciada por géneros representan una de las variables más significativas para entender las cifras que arrojan las estadísticas. De acuerdo a tales estadísticas, los hombres no solamente son el grupo de mayor riesgo para la comisión de actos criminales, sino que además son las víctimas más frecuentes de tales actos (con excepción del caso de la violencia de género, en la que claramente son las mujeres, por el hecho de serlo, quienes padecen los procesos de victimización). La mayoría de las víctimas y victimarios que se ven involucrados en los actos delictivos son hombres y eso tiene que ver con la cultura del hombre y su masculinidad tradicional o hegemónica que se ha transmitido de generación en generación mostrando que la figura del hombre debe estar estrechamente relacionada con el hecho de salir a pelear. Mientras que la cultura femenina en cambio está abocada a evitar el delito y el peligro. Este marcado contraste, propicia que los hombres no prevengan el delito o el peligro y en consecuencia desde muy jóvenes, en plena etapa de formación, muestren su tendencia hacia la masculinidad tradicional o hegemónica por la vía del delito. Por todo lo anterior, se hace necesario, por una parte, analizar cuáles son los componentes del proceso de socialización masculina que se vinculan más directamente con el problema de la criminalidad y, por la otra, elaborar propuestas que estén orientadas a la prevención”.

Finalmente, Manuel Edmundo Ramos Gutiérrez, presidente de SOS Discriminación Internacional Querétaro y maestro en estudios de género identidad y ciudadanía por la Universidad de Huelva, España, también ha coincidido con las y los demás expertos en el tema de las nuevas masculinidades, respecto a que, tanto la legislación, los programas educativos y estrategias gubernamentales que aborden las nuevas masculinidades, no solo deben basarse en el aprendizaje de la resolución no violenta de conflictos, sino en una profunda deconstrucción del modo en que se ha construido la identidad masculina de forma tradicional y hegemónica y en los riesgos que esto conlleva para sí mismo y las demás personas. Impulsando la creación de nuevos modelos de masculinidades saludables, incluyentes, positivas, pacíficas, fundamentadas en los derechos humanos con perspectiva de género, que al mismo tiempo desmonten el discurso y el proceso de naturalización de la violencia masculina como modo legitimado de resolver conflictos interpersonales. Además de normalizar el uso del poder en positivo para la construcción de masculinidades saludables y pacíficas que permitan a los hombres establecer relaciones libres de machismo y cualquier otra forma de violencia o discriminación, en donde aprendan a manejar sus emociones y sanar heridas del pasado para no repetir ciclos de violencia, así como aprender a construir paternidades presentes y afectivas; corresponsabilidad en las tareas del hogar y el cuidado de hijos e hijas, etcétera”. Concluyó.

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