Gracias a Antonio Zapata Guerrero y a Guillermo Vega -este seguramente sin progenitora, pues no da el apellido materno- nos remitieron al siglo pasado.
Ambos son aprendices de diablillecetes con vestido azul.
Cómo los Teen Tops rocanrrolearon en los 60’s del siglo XX, sólo que no adivinaron serían dos, y hasta que no haya prueba en contrario, dos y nunca objeto del deseo machín.
Toño y Memo.
Memo y Toño, quedaron como pobres diablitos.
De esos artefactos pirotécnicos que incomodan, pero nadie los evade.
Mucho menos les teme.
Los panistas de cepa, esos que conquistaron espacios políticos por convicción -nunca mezquina ambición- y fueron desplazados por Francisco Garrido Patrón y Ricardo Anaya Cortés, esos que arroparon a Manuel Clouhtier y siguieron su caballerosidad política, seguramente avergonzados están con estos personajillos.
Quien llegó a Querétaro del sureste, evadiendo un señalamiento y una acusación por conducta delictiva, junto con quien pasó de vivir en una casa de interés social a ser propietario de varias mansiones en San Juan del Río, engañaron a su empleador.
Empresario metido a político que es víctima de sus escupeorejas, quienes ignoran lo que es la construcción de escenarios y prospectiva política.
A quien la inseguridad lo ha poseído, junto con la enfermedad de Poder, se le ve cabizbajo, meditabundo.
¿Qué prometió al inquilino de Casa de la Corregidora y a cambio de cuántos ceros?
¿Qué tajada le tocaba al testaferro del engañabobos senador Ricardo Anaya Cortés?
Su labia -promesas y talegas- no les alcanzaron para comprar a hombres y mujeres de convicciones que llevaron a Andrea Tovar a presidir la Mesa Directiva de la LXI Legislatura.
Hay en ese bloque un traidor, o traidora seguramente, que selló su suerte política al venderse a la enfermedad del poder usurpado por una claque que se robó el color azul.
¡Que lástima dan esos diablitos con vestido azul!
Ricardo Anaya, si Senador pluri, es la lechi que da la chiva….todo apunta a que dentro de poco despachará desde la grande…