Un error, en estricto sentido, es involuntario, producto del descuido o negligencia.
Cuando se comete dos veces, el que lo hace se le considera necio o estúpido.
El que lo hace más de tres veces, ya no se le puede considerar lerdo, sino seguramente es político.
Estas últimas semanas, no han sido fáciles para nadie; somos una población que cada vez se siente mas angustiada por el confinamiento.
De los que tienen que salir a diario para ganarse el sustento, ni hablemos.
En esta temporada de contingencia sanitaria ha crecido exponencialmente la ambición política y económica queriéndola disfrazar, quienes la tienen con supuestos errores humanos.
Errores traducidos en selfies y fotos que suben en sus redes sociales sin ningún recato.
Errores que resultan en entrega de despensas en todas los rincones de Querétaro.
Equivocaciones que buscan un provecho para las elecciones del 2021.
Yerros que se asumen sin vergüenza alguna, sinvergüenzas que lucran con la necesidad en estos tiempos de pandemia.
Cuando de lo que se trata es ser empáticos y solidarios.
Perlas azules
Martín Arango García, secretario general de Acción Nacional (PAN) en Querétaro, declaró que las fotos de sus correligionarias -las diputadas panistas, Daniela Salgado Márquez, Leticia Rubio Montes y Sonia Rocha Acosta- repartiendo despensas de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado de Querétaro (SEDESOQ), fue debido a “un error” humano y no se está haciendo proselitismo alguno.
Perdón, pero en mi rancho se le dice “justificar lo injustificable”.
Cientos de “errores” se presumen en redes sociales por parte de representantes populares de todos los partidos, repartiendo recursos del Poder Ejecutivo a necesitados de alimento para paliar esta crisis temporal.
En nuestro estado estos gazapos muestran el sometimiento del Poder Legislativo al Ejectutivo, haciendo el trabajo sucio para el año 2021.
De plano Sonia Rocha -y el alcalde colonense Alejandro Ochoa Valencia- hasta posa y, con cinismo, dice que no le importan los señalamientos por la entrega de despensas, pues “están ayudando a la gente”.
Yerros que el titular de SEDESOQ, Tonatiuh Cervantes Curiel, quizá debido a su confinamiento, ni los ve ni los oye.
Faltas que algunos consejeros electorales del Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ), justifican, ya que la ley actual indica que debe haber denuncia de por medio, no puede investigarse por oficio.
El pasado viernes el Partido del Trabajo ya interpuso denuncias contra estos actos.
La pelota está en el IEEQ.
En la siguiente Reforma Electoral, el IEEQ podría incluir en la propuesta investigar por oficio este tipo de hechos. Pero es mejor ubicarse en el silencio cómplice.
En otros estados, diputados ajenos al PAN hacen lo mismo, y sus pares blanquiazules han hecho denuncias públicas.
Pero en Querétaro, la aplicación de la ley está en el corral de los bueyes de mi compadre.
Y el reparto de despensas por parte de blanquiazules se promueven con fotos en redes sociales.
Les sigue valiendo madre.
El juego de la Mochigata
Alejandro Ochoa, soñó con ser gobernador.
Su ambición le hace creer que es el estadista que el mundo requiere.
Sabe que es un panista incómodo para gobernador Pancho Domínguez, no por su habilidad polítiica sino por su folcklor copiado de cualquier película mexicana del siglo pasado.
Pretende pasar como el hijo desobediente del panismo al no cuadrarse con el gallo azul, el senador Mauricio Kuri González.
En cambio, es visto como el hijastro malagradecido que fue útil, pero ya los azules desconocen.
Otros de sus yerros es presionar a empresarios para esquilmarles artículos de primera necesidad que usa para apuntalar su ilusoria campaña a una diputación federal.
Pero no para dar despensas a los coloneneses, sino para su campaña para buscar la candidatura a la diputación federal.
Quiere jugar al juego de la Mochigata: el de un vivo y muchos pendejos.
La mano de María Concepción Herrera y Pedro Haces
Ochoa Valencia quería con una imposible alianza Morena-Querétaro Independiente, para ser su candidato.
Un pacto agusanado, antes de concretarse.
Gazapo humano pensar que es así.
Errado creer que con la ayuda del senador Juan José Jiménez Yáñez, va a ser aceptado por el partido más fuerte del país.
Si el mismo Juan José Jiménez no es reconocido como una carta para la gubernatura por la militancia de Morena, menos apoyaría tal despropósito.
Confusión humana creerle a Pedro Haces Barba, dirigente nacional de Catem, que tiene la ascendencia para influir desde la Ciudad de México para que Morena lo adopte.
Catem, se ha dicho hasta la saciedad tanto por el presidente Andrés Manuel López Obrador como por las dirigencias de Morena, no es la central sindical del partido.
Pedro Haces es sólo el dirigente nacional. Presume que fue senador, pero ya no lo es al regresar Germán Martínez a su escaño.
Falla humana creerle a María Concepción Herrera, dirigente-representante ante el IEEQ-vocera-y todo lo que venga, que tiene poder de decisión, los dueños del membrete ya le advirtieron que ella no va a decidir candidaturas.
Patraña pensar que va a ser apoyado Juan José Jiménez,cuando sea candidato a gobernador por Morena y el pintoresco alcalde para diputado federal.
En este juego de la mochigata, el alcalde de Colón el pendejo y otros son los vivos.
Errado está al entregar despensas en casas particulares, con más de 30 personas dentro, en época de la pandemia y de cuidarnos en la sana distancia.
Embuste de Alejandro Ochoa decir o expresar que las bases morenistas lo apoyan.
Tal vez se unan las bases, pero en su contra.
La soberbia lleva a estos personajes a pensar que la ciudadanía es pendeja.
Lo van a pagar y caro, muy caro.