El programa de Escuelas de Tiempo Completo creado en 2007 como una propuesta pedagógica innovadora y generadora de un ambiente educativo propicio para mejorar el aprendizaje de niñas y niños, no existe más en México. En el Diario Oficial de la Federación del ejercicio fiscal 2022, ya no aparece, y así lo confirmó la propia Secretaria de Educación Pública del gobierno de la 4T, Delfina Gómez Álvarez.
Con todo y que fueron creadas por los corruptos del periodo neoliberal, según el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador; las Escuelas de Tiempo Completo eran excelentes por muchas razones: en primer lugar porque porque garantiza y promueve el derecho a la educación de 3.6 millones de niñas, niños y jóvenes en 27,063 escuelas en el país. Porque incluye entre 1.5 y 3.5 horas extras de aprendizaje dedicadas al reforzamiento de materias clave como español y matemáticas.
Porque cubrían la alimentación de un millón 400 mil niños y adolescentes en la modalidad de comida caliente, razón por la que de acuerdo con una evaluación realizada en 2017-2018 por el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la SEP y el Instituto Nacional de Salud Pública, casi el 66% de la población encuestada señaló que el primer alimento que consumía era brindado por el Programa Escuelas de Tiempo Completo.
Recibían clases de computación, educación artística, deportes y 3.6 millones de niños en situación de pobreza de más de 27 mil planteles, el 70.5% del total recibía clases de inglés, y era un gran apoyo para las madres de familia, al mantener a sus hijos en la escuela durante su horario de trabajo, con profesores especializados en esas materias, en los primeros niveles de enseñanza, y un aspecto excepcional; significaba una disminución del abandono escolar de miles de niños y niñas en edad de recibir su educación primaria y secundaria.
Con la llegada de López Obrador al gobierno de la república, también la educación ha empeorado, igual que los niveles de pobreza, economía, salud y seguridad pública, con miles de crímenes, narcotráfico, masacres, secuestros, feminicidios, etcétera. No nos confundamos, si queremos a México y amamos la educación no solapemos a los malos políticos del partido que sea. La desaparición del programa de Escuelas de Tiempo Completo no fue precisamente para combatir la corrupción o para usar con eficiencia los recursos de los mexicanos en el mejoramiento material de las escuelas, a través de “La Escuela Es Nuestra” (LEEN), sino para usar ese dinero para seguir haciéndose campaña.
Si como dice el presidente, tiene pruebas de que había corrupción en el Programa de Escuelas de Tiempo Completo ¿por qué no castiga a los corruptos? ¿Por qué en lugar de desaparecer los programas, no los corrige con los funcionarios de su gobierno, que bien lo podrían hacer, pues, muchos de ellos son los mismos neoliberales del pasado? Desaparecer todos los programas para acabar con los malos manejos, es tanto como tirar el agua sucia de la bañera con todo y niño.
Si de sancionar a los corruptos se trata, ¿por qué el presidente no ha actuado en el caso de su Secretaria de Educación? Los mexicanos no olvidamos que la ex alcaldesa, Delfina Gómez fue “cachada” cobrando diezmo a los trabajadores del municipio de Texcoco y que según la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y los encargados del programa “LEEN”, no pudieron comprobar cerca de 573 millones de pesos, destinados a mejorar la infrestructura de las escuelas, y se dieron a conocer testimonios del fracaso de la medida, porque los comités no tenían experiencia para realizar obras educativas, y en muchos casos el dinero se utiliza de manera personal.
Por último, si López Obrador promueve de verdad la austeridad, ¿para que tirar al bote de la basura, más de 1600 millones de pesos en su innecesario circo de Revocación de Mandato?