Sin el ánimo de polemizar con chairos de uno u otro partido, sino sólo de tratar de hacernos claridad de la situación económica, política y social que vivimos tanto en México como en nuestro estado, ¿qué hemos ganado la gran mayoría de los mexicanos en las últimas elecciones? ¿En qué ha mejorado el pueblo? En mi muy humilde opinión, en nada, o en el mejor de los casos, muy poco, pero insuficiente como para decir que vamos progresando. Los ganones han sido sólo unos cuantos.
¿A partir del año 2000 en que por primera vez se dio la alternancia del poder, después de 71 años de gobiernos ininterrumpidos del PRI, hemos sido gobernados por los tres principales partidos, y cuáles han sido los resultados? El PAN con la llegada del ranchero Vicente Fox, con su lenguaje muy particular prometió la esperanza de un cambio.
En su campaña dijo que acabaría con las “víboras prietas y tepocatas, sacando al PRI de los Pinos”, con la promesa de poner fin al sistema de complicidad y privilegios, combatir la corrupción y crear un sistema de becas para estudiantes, y entre otras, la “changarrización”, con un sistema de micro créditos con la ridícula cantidad de cinco mil pesos, para algunas de las mujeres más pobres.
Posteriormente en 2006, Felipe Calderón prometió dar continuidad al «cambio» iniciado por Fox: reducir la pobreza, fomentar la austeridad y mantener la propiedad, la soberanía y el control del gas y del petróleo, y enviar al Congreso una iniciativa para crear cuatro refinerías, sin que le costara un centavo a Pemex, luchar contra la inseguridad y la defensa de la legalidad, con más recursos y mejores medios a las fuerzas de seguridad pública y a los militares, etcétera.
En 2012 con el regreso del PRI a través de Enrique Peña Nieto, sepulturero de su partido, cometieron graves actos de corrupción en varias dependencias de su gobierno, como Pemex, Desarrollo Social, facilitándole el trabajo a Andrés Manuel López Obrador y su 4T, de apoderarse de la Presidencia de la República.
El gobierno obradorista está reprobado en todos los aspectos: en salud, por los más de 808 mil muertos por el mal manejo de la pandemia por Covid-19 y después de 6 años de su gobierno, seguimos esperando el sistema de salud como el de Dinamarca. En seguridad pública con los casi 190 mil muertos por violencia, motivados por la corrupción de su gobierno y la repartición de abrazos. Y así en educación, generación de empleos, crecimiento económico y pobreza real, “no con los otros datos”.
Ni el PAN, el PRI, ni Morena, han mejorado los problemas de los mexicanos, al contrario, se han agravado. La pobreza y la pobreza extrema de los mexicanos se ha estancado y se ha incrementado, pues según datos del Inegi México registra un 43.9 por ciento de personas en situación de pobreza, es decir, poco más de 55.7 millones de personas.
Y como a nivel nacional, algo similar pasa en Querétaro en todos los aspectos. Ah, pero eso sí, todos los candidatos a Senadores, Diputados Federales, locales y a presidentes municipales de todos los partidos, andan “desatados”, prometiendo igualmente, todo lo que se les ocurre; hasta hacer llover para resolver el problema de la falta de agua.
El electorado queretano ha entrado en una etapa de hartazgo, y esta vez no están dispuestos a aceptar la letra de una de las conocidas canciones del gran compositor guanajuatense, José Alfredo Jiménez: “nada me han enseñado los años, siempre caigo en los mismos errores, otra vez a brindar con extraños y llorar por los mismos dolores”… esta vez no caerán, nada quieren saber de los malos candidatos.
Saben que todos mienten, sobre todo quienes teniendo el poder, les han mentido una y otra vez.