En teoría los partidos políticos tienen como objetivo, promover la participación de la ciudadanía en la vida democrática y contribuir a la integración de la representación nacional. Quienes los conforman, comparten objetivos, intereses, visiones de la realidad, principios, valores y proyectos para ejecutar total o parcialmente en los gobiernos democráticos.
Es un derecho ciudadano participar en las contiendas para los diferentes cargos de representación popular, desde presidentes de la República hasta regidores, sean estos por mayoría o representación proporcional y se debe cumplir con los requisitos de ser mexicano de nacimiento y no tener antecedentes penales, entre otros. Sin embargo, las leyes abren la puerta a políticos oportunistas y con escasa calidad moral que constituidos en partidos, venden su voto al momento de la repartición del poder y el presupuesto.
Ese es el rol que han jugado en la política nacional el PT y el PVEM como aliados de Morena. A nadie sorprende por eso que el coordinador parlamentario de este último partido, Carlos Puente señale que “es una mentira y una calumnia” que Andrés Manuel López Obrador y Morena hayan comprado al PVEM y al Partido del Trabajo (PT) con dinero y el registro en las reformas secundarias del famoso Plan B, a pesar de que es ampliamente conocido por los electores que son un partido de oportunistas y vividores del presupuesto que aportamos entre todos los mexicanos.
Sin ningún rubor, el Diputado y coordinador parlamentario del PVEM, Carlos Puente, declaró: “Mienten descaradamente señalando que se compró a nuestro instituto político y al Partido del Trabajo con dinero y con un registro, esos señalamientos buscan descalificarnos como grupos parlamentarios que integramos la mayoría en la Cámara de Diputados”.
Y justificándose, trató de explicar el párrafo que se incluyó, en el artículo 15 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, que inicialmente en su reforma secundaria menciona que los partidos políticos que no obtuvieran por lo menos el 3 por ciento de la votación nacional, perderían el registro a menos de que ganarán más del 3 por ciento en la mitad más una entidad federativa.
La verdad es que con el fin de que los legisladores del PT y del PVEM apoyaran a Morena el «Plan B» gubernamental de reforma electoral, fue modificado para garantizarle el registro y recursos a esos partidos. La reforma aprobada incorporó además la transferencia de votos en el caso de candidaturas comunes y nuevos cálculos de la votación mínima, como requisito para conservar el registro como partido político.
La explicación es obvia. El PVEM y el PT han sido claves para lograr las mayorías legislativas en iniciativas gubernamentales, pues otorgan las diferencias mínimas de votos frente a la oposición. El mantenimiento del registro de estos partidos que han estado a punto de perderlo en recientes elecciones es un financiamiento público millonario, pues tan sólo entre 2018 y 2022, el PT ha recibido más de mil 244 millones 719 mil 46 pesos, y el PVEM obtuvo mil 670 millones 881 mil 242 pesos, que suman casi 3 mil millones de pesos, cantidad igual a la que argumenta López Obrador se ahorraría con su Plan B.
Dicha reforma considera además, modificar en su favor el cálculo del 3 por ciento de la votación para conservar el registro como partido pues establece que la votación válida para calcular el porcentaje de votación, será la que resulte de restarle los votos nulos y los otorgados a candidatos no registrados como lo establece actualmente la ley, sino también los otorgados a independientes y a aquellos partidos que no hayan obtenido el registro.
Por si no bastara, el Plan B, establece que cuando un partido no obtenga el 3 por ciento de la votación en las elecciones federales, mantendrá su registro si este logra ese porcentaje en al menos 17 estados, que los partidos podrán postular candidaturas comunes y transferirse votos, partiendo de un convenio de distribución. Así Morena podría darles votos al Verde o PT para salvarlos.
¿Cuál ideología, cuáles principios y valores son los del presidente López Obrador y su mafia de partidos satélites?