Como parte de las acciones de la UNESCO para reforzar el papel de la memoria, las ciencias sociales y la educación para contrarrestar el odio y el racismo, 22 sitios de 10 países se han integrado a la nueva Red de Lugares de Historia y Memoria vinculadas a la Esclavitud y la Trata de Personas Esclavizadas, siendo México el país con mayor número.
Como parte del 30° aniversario del programa de la UNESCO de las Rutas de las Personas Esclavizadas, se estableció la Red que permitirá compartir buenas prácticas en materia de conservación, promoción y educación de la memoria, el patrimonio, historia y resistencia afrodescendiente. Los sitios fueron propuestos por Estados Miembro de la UNESCO ante un Comité Científico Internacional que estará encargo de supervisar a la Red.
Los sitios de Historia y Memoria en México que se integran a la Red son: el Centro Histórico de la Ciudad de México, el Centro Histórico de Acapulco, los municipios de Yanga y de Cuajinicuilapa, así como el Fuerte de San Juan de Ulúa.
Las cinco designaciones en México realzan las acciones de país en torno al Decenio Internacional de las Personas Afrodescendientes 2015-2024, promulgado por la ONU, pues cuatro sitios ya habían formado parte de la Rutas de las Personas Esclavizadas. Ahora, con el establecimiento de la Red Internacional, les permitirá una mayor y mejor articulación, incluido el Centro Histórico de Acapulco, recién designado e incluido ya a la Red.
El municipio de Yanga, en Veracruz, es otro de los primeros sitios de Historia y Memoria UNESCO y destaca por ser considerado el primer pueblo libre de América y fundado por personas africanas y afrodescendientes que habían huido de la esclavitud. Inicialmente llamado San Lorenzo de los Negros, fue renombrado como Yanga en 1932, en honor al líder que en 1609 emprendió la resistencia ante los intentos de reocupación española. Actualmente es emblemático por la gran participación de sus comunidades en múltiples actividades, sin dejar de lago que es un centro de encuentro y peregrinación para algunas personas afrodescendientes nacionales e internacionales.
Por su parte, el Municipio de Cuajinicuilapa, en Guerrero, es hogar del primer museo dedicado a las personas afrodescendientes y para romper el silencio sobre la historia esclavista en México, el Museo de las Culturas Afromestizas o Museo de la Tercera Raíz. Fue el sitio designado como parte de las Rutas de las Personas Esclavizadas, también en 2016.
El Fuerte de San Juan de Ulúa, es otro de los sitios designados por su importancia histórica vinculada a la trata trasatlántica de personas esclavizadas durante el periodo colonial de la Nueva España.
El nombramiento del Centro Histórico de Acapulco, el segundo Sitio UNESCO de Historia y Memoria en Guerrero, es especial. Además de ser el estado con más personas que se autodenominan como afrodescendientes (8.6%), Acapulco es el municipio con mayor concentración, con más de 75,400 personas que se reconocen como afromexicanas, de acuerdo con el Censo de 2020 del INEGI. La primera edición en el país en considerar el conteo de dicha población.
Por otra parte, los intercambios culturales históricos han conformado la diversidad patrimonial, cultural e identitaria de las comunidades y, por ejemplo, La Guinea es uno de los primeros barrios de Acapulco y preserva un vínculo indeleble con su ascendencia africana. Mientras que el Fuerte de San Diego fue entrada y salida del Galeón de Manila, una ruta marítima que inició en el siglo XVI y duró por 250 años de comercio entre Europa, Asia y América, incluyendo el lamentable tráfico de personas esclavizadas, africanas y afrodescendientes.
El programa de las Rutas de las Personas Esclavizadas fue establecido en 1994 por iniciativa de Haití y es liderado por el Sector de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO. Contribuye a la generación e intercambio de conocimientos, al desarrollo de redes científicas y académicas, así como a iniciativas para recobrar la memoria universal y “romper el silencio” sobre la historia esclavista y racista.
Sus acciones se centran reconocer al racismo como sistema de opresión y explotación; honrar la resistencia y promover las aportaciones culturales y creativas de las personas afrodescendientes a la humanidad; fortalecer el cuestionamiento de las desigualdades derivadas de la trata y esclavitud de las personas afrodescendientes; e impulsar la sanación psicosocial de comunidades mediante la memoria frente a la esclavitud y el racismo.