Antonio Morales
Siempre me he sido orgulloso de mi tierra, Corregidora, pero últimamente he sentido mucha tristeza por lo que se aquí se vive.
A lo largo de mi vida he visto cómo poco a poco se ha convertido en una de las urbes más importantes del estado, con sus 213 mil habitantes, según el INEGI, hasta 2020 se ha posicionado como uno de los municipios con más población del estado de Querétaro, sólo por debajo de la capital, San Juan del Río y El Marqués.
El portal del gobierno municipal disponible para todos los ciudadanos, publicó en 2019 un documento llamado “Ley de Ingresos del Municipio de Corregidora, Querétaro”, donde informó a la población en general las finanzas de ese año, destacando un Ingreso por Impuestos de 601 millones 798 mil pesos, además de un total de Ingresos Propios por 796 millones 793 mil pesos, y por Participaciones, Aportaciones, Convenios, Incentivos Derivados de la Colaboración Fiscal y Fondos Distintos de Aportaciones, etcétera, por 417 millones 466 mil pesos, que sumados arrojan un total de ingresos por mil 214 millones 259 mil pesos.
No omito decir que según la publicación, los egresos se distribuyen en los rubros de Gobierno por 52%, para Desarrollo Social 45%, para Desarrollo Económico 2% para otras no calificadas en Funciones Anteriores, uno por ciento.
Todo esto, repito, es del conocimiento público.
El 2019 fue el último año “normal” para el mundo entero. La pandemia por Covid-19 marcó un antes y un después, pero elegí este ejercicio fiscal para hacernos una idea del poder económico de Corregidora, que con, o sin pandemia, no es muy diferente.
El alcalde panista Roberto Sosa ha gobernado Corregidora desde de 2018, al reelegirse en 2021 estará hasta 2024 al frente de la demarcación.
Si me preguntan cómo califico su gestión, sin pensarlo diré que es reprobatoria. Si bien es cierto que ha fortalecido muchos aspectos del municipio, como la seguridad y la estética, ha sido un gobernante que no ha titubeado en marginar delegaciones, pueblos y colonias en lo que va de sus gobiernos, optando por usar una vieja, vil y vergonzosa estrategia, para hacer su trabajo sucio en las colonias.
Como he dicho, soy vecino y originario de mi querido Corregidora y vivo en carne propia la sucia administración de Sosa.
La delegación de La Negreta, conformada por más de 40 colonias con más de 16 mil habitantes, al igual que las delegaciones de Presa de Bravo, Pita, Lourdes, El Jaral, Calichar entre otras, han sido marginadas de gozar de los impuestos que pagan sus habitantes, pues la carencia de servicios públicos: pavimentación de calles, apoyo a escuelas, apoyos a la vivienda, servicio de agua potable y seguridad, azotan a la población. Desde la llegada de Sosa hay un evidente desinterés.
Las colonias 20 de Enero 1era. y 2da. Sección, Valle Dorado, Lomas La Cruz, Lomas de Balvanera, Valle de Santiago, 21 de Marzo y Benito Juárez, llevan más de cinco años sin ver una obra en beneficio de sus habitantes; las condiciones de vida en esta zona demandan con urgencia la inversión de recursos por el gobierno municipal, como en El Pueblito.
Que hay mejoras con jardines, remodelaciones, adoquinamiento en más de cuatro ocasiones, como en la calle “Camino al Cerrito”, que conecta, claro, con la oficina de Sosa en el CAM.
¿La gente de La Negreta y demás delegaciones marginadas no merecen también sentir el fruto de su trabajo con obras que mejoren sus condiciones de vida?
Pregunto al alcalde, al amable lector y a cualquier persona con un poco de humanismo: ¿Mientras ahí campea el olvido y la desolación, la estructura del municipio ha contratado una red de personas en el municipio que le hacen la chamba, controlando a los delegados para que obedezcan sus órdenes, y aunque hubo quienes llegaron a ese puesto prometiendo encabezar a la población y ayudarlos en la solución de sus problemas, fueron comprados a bajo costo por cierto, por el gobierno panista como la delegada de La Negreta, de quien ni siquiera merece que escriba su nombre para no hacerle campaña política?
Corregidora es un municipio espléndido, excepcional, con recursos económicos, gente buena y trabajadora, bien ubicado, con industrias, universidades, espacios deportivos, con seguridad dentro de lo que cabe, con una histórica zona arqueológica, pero carente de buenos gobernantes, que se preocupen por la calidad de vida de su población y trabajen por los que menos tienen.
A Corregidora le faltan líderes, no caciques, “strikers” y “fantoches” de los que estamos cansados.