Emiliano Gonzaga
A pocos días de la elección hay preocupación en el cuarto de guerra del candidato del PAN a la presidencia municipal de Querétaro. A pesar de que se dicen confiados en público, internamente están en alerta máxima ante la posibilidad latente de perder la capital.
A menos de una semana de la elección, la estrategia del panista se centra en promover los resultados de la encuesta de Mendoza Blanco y Asociados realizada del 21 al 23 de mayo en la que se afirma que éste tendría una ventaja de más de 20 puntos respecto al candidato de Morena, el problema es que se trata de una encuesta efectiva de 600 participantes, según la información de la propia casa encuestadora.
Vamos por partes, la lista nominal en el municipio de Querétaro es de 787 mil electores y se espera una participación de al menos el 60 por ciento este 6 de junio, es decir, 472 mil 200 votantes. De ese universo, Blanco y Asociados entrevistó a 600.
De ahí su conclusión de que el 48.9 de esos 600 participantes apoyan a Nava. El problema está en que los resultados de esa pequeña muestra se extrapolen a un universo de más de 470 mil votantes.
Por otra parte, el candidato de Morena, Arturo Maximiliano ha dado a conocer otra encuesta levantada del 13 al 16 de mayo en la que afirma llevar una ventaja de siete puntos. A diferencia de la muestra levantada por Blanco y Asociados, las conclusiones de este ejercicio se fundamentan con seis mil 465 entrevistas aplicadas a habitantes del municipio de Querétaro con credencial de elector.
Es decir que la encuesta en la que el PAN afirma llevar una ventaja de 21 puntos tiene como base una muestra de 600 participantes, mientras que la encuesta que le da una ventaja de siete puntos a Arturo Maximiliano se sustenta en una muestra de más de seis mil electores.
Lo interesante del ejercicio estadístico de Merkaimagen, que le da la ventaja a Morena, es la consistencia del tracking de votabilidad que viene realizando desde enero cuando Luis Nava tenía una cómoda ventaja de 17 puntos, ventaja que fue perdiendo paulatinamente y que se revirtió en la semana dos de campaña.
De ahí la preocupación en el cuarto de guerra blanquiazul. No es que la encuesta de Blanco y Asociados esté equivocada en sus conclusiones, el problema es que la muestra es muy pequeña y la empresa no realizó tracking poll (encuesta se seguimiento) desde enero como sí hizo Morena con muestras 10 veces mayores a las que tiene el alcalde con licencia para fundamentar su optimismo.
En suma, ambas encuestas pueden tener razón, el problema para el PAN en la capital es que los ejercicios estadísticos más consistentes y robustos los tiene Arturo Maximiliano, quien no parece ser del tipo que se confía. En su cierre de campaña se le escuchó seguro y confiado en llegar al centro cívico, algo que no se percibe tan contundentemente con el candidato del PAN.