Estados Unidos y su reprobada autoridad moral en el mundo

Cientos de sanciones han caído sobre el gobierno de Venezuela desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia de ese país, luego de la muerte del expresidente Hugo Chávez. Tan solo en los últimos cinco años la “comunidad internacional”, según Estados Unidos, ha impuesto, 542 sanciones a Venezuela: 300 por el gobierno estadounidense, seguido por Canadá con 113, la Unión Europea con 93 y Suiza con 36, además de Panamá (publicación de Inter-American Develompment Bank) y otros países, que incluyen sanciones comerciales, financieras y personas, principalmente contra Nicolás Maduro y funcionarios de su gobierno.

Las restricciones, como instrumento para ahorcar al gobierno venezolano son contra personas, empresas, embarcaciones petroleras y todo tipo de mercancías, congelamiento de cuentas, confiscación de bienes, transacciones en territorio de Estados Unidos con empresas y dependencias venezolanas, restricciones de visas, prohibición de venta de armas comerciales, etcétera, y las aplican según el gobierno gringo, “como herramienta para que se adopte la democracia”.

Los pretextos para imponer dichas sanciones al pueblo venezolano son: violaciones de los derechos humanos, corrupción política, persecución de opositores, restricciones a la libertad de prensa, violencia, arrestos arbitrarios, detención de manifestantes antigubernamentales, atentar contra las libertades de la población y por presunta participación en lavado de dinero y narcotráfico.

Pero no sólo el gobierno venezolano ha sido sancionado. La política represiva del gobierno estadounidense y sus gobiernos satélites también han sancionado a los pueblos de Cuba, Irán, Corea del Norte, Siria y las regiones de Crimea, Luhansk y Donetsk, Afganistán, China, República Democrática del Congo, Etiopía, Iraq, Líbano, Libia, Malí, Myanmar, Nicaragua, Rusia, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Venezuela, Yemen y los territorios de Hong Kong.

Valen como ejemplo las sanciones impuestas a los gobiernos de Cuba y Rusia. En el caso del primero de apenas 11 millones de habitantes, desde hace 63 años, tras liberarse de la explotación por capitales nacionales y extranjeros, el gobierno de los Estados Unidos y los países de Europa le han impuesto más de 5 mil sanciones, a pesar de que año con año, desde 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) ha acordado el cese al bloqueo impuesto. En esa fecha, de 189 países reunidos, 187 votaron a favor de poner fin al embargo económico, comercial y financiero y sólo dos, Israel y Ucrania, votaron en contra. El embargo sigue.

En Rusia, de acuerdo con el portal de estadísticas, “Statista”, los castigos impuestos por Estados Unidos y la Unión Europea, afectan a más de 16 mil personas, 9 mil 300 empresas y a más de 3 mil 250 instituciones. Sólo en la reunión de la ONU efectuada el 23 de febrero de este 2024, el gobierno estadounidense y los países de la Unión Europea acordaron 600 nuevas sanciones, por su “brutal guerra de conquista” cuando lo único que Rusia hace es defender su territorio y oponerse al acoso militar gringo, desde territorio Ucraniano.

El objetivo de los Estados Unidos y sus gobiernos satélites de Europa y Latinoamérica, de la derecha más rancia y explotadora es más que claro. Desestabilizar y asfixiar económicamente al gobierno de Nicolás Maduro para imponer por la vía de la guerra si es necesario, igual que intentó con Juan Güaidó, al derechista Edmundo González del partido de María Corina Machado, a pesar de haber obtenido, de acuerdo con el Consejo Nacional Electoral, el 44.2% de la votación, contra el 51.2 de los votos emitidos por la ciudadanía de ese país, a favor de Nicolás Maduro.

¿Qué tiene que hacer el gobierno de uno de los países más antidemocráticos y asesinos del mundo, representado por su Secretario de Estado, Antony Blinken, afirmando antes de terminar la elección, que “dada la abundante evidencia, para Estados Unidos, el derechista Edmundo González obtuvo la mayoría de votos en las elecciones presidenciales del 28 de julio”, sin tener pruebas?.

¿Por qué si Venezuela es un país soberano, Estados Unidos y sus países aliados llaman a la OEA a intervenir en la elección de ese país? Su odio contra los pueblos no tiene límites, han denunciado al presidente Maduro ante la Corte Penal Internacional, por presuntas detenciones, desapariciones y asesinatos, mientras Gaza registra más de 37,400 muertos, y 85,700 heridos, por los ataques del gobierno israelí, según informes del Ministerio de Sanidad, tras ocho meses y medio de ofensiva, en complicidad de Estados Unidos.

Ni modo, nos guste o no la reelección y la forma de expresarse de Nicolás Maduro, mucha razón tiene al declarar que los Estados Unidos deben sacar sus narices de Venezuela, porque en Venezuela, el pueblo soberano es el que manda.

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