Emiliano Gonzaga
El próximo domingo 11 de septiembre, se llevará a cabo la elección de presidente o presidenta del Comité Directivo Municipal del PAN en el capital del estado. El domingo en la capital, se enfrentarán dos visiones y formas distintas de hacer política.
Por un lado, está el panista José Luis Sainz, exregidor, exdiputado y exsecretario en administraciones panistas. Su origen en política data de las administraciones municipales 2003/2006; y en aquel entonces, se mencionaba a “Chepo” -como le dicen sus amigos- como uno de los mejores cuadros del PAN para el futuro, sin embargo, algunos señalamientos mal intencionados de tinte político fueron opacando su carrera política encuadrándola como fiel funcionario y estratega partidista. Su experiencia es innegable en el ámbito político.
Sin embargo, José Luis Sainz, es candidato por un acuerdo político de la cúpula panista. En reuniones azules se escucha la frase: “ya se pusieron de acuerdo”, y hoy en día, lamentablemente en el PAN eso es suficiente para que los militantes voten por una opción que dirigirá los destinos del blanquiazul en las elecciones del 2024.
Desde 2015, el sistema PAN privilegia las “mesas/acuerdos políticos” para definir todas las candidaturas, puestos partidistas, ingresos a gobierno, etc. Las “mesas” no son otra cosa que una reunión de líderes de grupos panistas para repartirse -entre ellos mismos- el pastel azul.
Aunque muchos podrían ver que estas mesas se perciben como un ejercicio poco democrático al interior, han demostrado que han sido efectivas electoralmente al exterior.
La principal crítica a este método del “Sistema PAN” no es el acuerdo, sino que los beneficiados han sido los mismos grupos desde 2015. Además, de que disminuye al mínimo la figura de militante.
Justo en lo anterior, radica la fuerza creciente de la candidata Adriana Cruz, una panista de origen político también por el año 2006, ha sido diputada local y regidora panista, además ha sido fiel activista en distintas esferas de su partido, crítica y defensora de los procesos internos abiertos, y una mujer de valores azules arraigados. Su experiencia en el partido también es innegable.
Lo que se percibe en esta contienda es que Adriana, representa volver al origen democrático del PAN, aquel en donde las convenciones, asambleas y reuniones eran un ejercicio democrático y plural. Aquellas en la que el militante tenía en su voto el poder de elegir.
Adriana representa la libertad de elegir a quien te represente dentro de tu partido, sin distingo de grupos. Volver a abrir espacios políticos y candidaturas a liderazgos nuevos, nuevas caras y sobre todo nuevas visiones. Adriana es lo que los juveniles dicen: la esperanza presente.
Bajo este contexto, vale la pena recordar que a lo largo de su historia en el Estado, el PAN ha crecido gracias a la apertura y democracia interna, que ha permitido la incursión de figuras que han inyectado dinamismo, fuerza y visiones modernas.
No podrá negarme amigo lector, que en 2003 Armando Rivera (quien no era el puntero) les dio un giro distinto y ganador a las campañas panistas, con más mercadotecnia y profesionalismo. Si, ese Armando que formó cuadros que hoy siguen vigentes, y que gracias a la apertura y democracia se mantienen activos como el mismo “Chepo” o Lupita Murguía.
No podemos negar tampoco, que hace 13 años Francisco Domínguez (quien tampoco era puntero) irrumpió en el PAN como un panista frontal, buen estratega y gestor que consolido cuadros importantes en el estado, como Mauricio Kuri, Gobernador actual, quien también destaca por ser un ciudadano con visión empresarial que está construyendo al Querétaro del siguiente nivel.
Para entender el éxito panista de los últimos años, hay que entender su historia, saber que el PAN es la fuerza y pasado de sus militantes, la modernidad para conectar con la sociedad y adaptarse a los cambios y la democracia de sus decisiones sin distingo de intereses cupulares.
El próximo domingo veremos que tanta fuerza e independencia tendrán los militantes azules.