Antonio Morales
«La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo».
Nelson Mandela.
Según estadísticas de la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior (COEPES) de Querétaro, en el ciclo 2021-22 se matricularon 92 mil 696 estudiantes en la educación superior, constituida por profesional asociado, escuela normal y licenciaturas. Cifra sumamente buena y que además ha tenido un comportamiento ascendente, pues en el ciclo 2011-12, la matricula apenas superaba los 53 mil universitarios en toda la entidad, según el mismo organismo.
Por otra parte, la Universidad Autónoma de Querétaro, informó a través de su plataforma oficial que 2021 egresaron tres mil 815 estudiantes, a su vez, en su tercer informe de resultados, la doctora Teresa García Gasca, dijo que atienden a una población total de 33 mil 505 estudiantes, un 11 por ciento más que en 2017, es decir que se matricularon en ese año 29 mil 820 estudiantes, por lo que podríamos decir que del 100 cien por ciento de la matricula que comienzo con su educación superior, solamente el 12.79 por ciento concluyeron su carrera profesional.
Suponiendo que las cifras de la UAQ se replican en el resto de las instituciones universitarias, estaríamos hablando que de los 92 mil 696 estudiantes, apenas 12 mil 051 culminarían con su carrera universitaria, y esto es sumamente preocupante. Los diversos factores que influyen en la deserción escolar son ocasionados por problemas sociales de muchas índoles, pero sobre todo económicos. La falta de subsidio y de oportunidades para los estudiantes ha orillado a decir entre estudiar o trabajar, por lo que aquí encontramos un verdadero reto, y aún hay más…
Una carrea universitaria no es sinónimo del éxito profesional o económico, y en Querétaro lo sabemos bien. Según la Secretaría del Trabajo en la entidad, el 58 por ciento de las personas desocupadas, es decir, que no tienen una relación laboral, son profesionistas. Por ello se han emprendido ferias de reclutamiento que encuentren a las empresas y a los buscadores de empleo y reducir esta enorme brecha, sin embargo, el porcentaje sigue siendo sumamente alto.
Querétaro se encuentra con retos muy puntuales: aumentar el número de egresados del nivel superior y la inserción de estos nuevos profesionistas en el mundo laboral. Muchos nos vemos envueltos en esta tarea, por un lado, las universidades e instituciones deben detectar los motivos de deserción y formar equipo de retención que dé seguimiento puntual a los alumnos, de igual forma buscar convenios con empresas para que los jóvenes vayan sumando experiencia a través de prácticas y empleos de medio tiempo; los jefes de gobierno de todos los niveles deben aumentar el presupuesto destinado a la educación, subsidiando elementos indispensables como lo son costos, transporte y alimentación, en lugar de entregar becas que los jóvenes destinan a otros gastos, entregar herramientas y condiciones que le faciliten continuar con su carrera; las empresas deben confiar más en la mano de obra calificada, apostarle a los nuevos talentos y crear más puestos juniors y seniors que ayuden al desarrollo de los colaboradores, al final de todo, la empresa es tan buena como la gente que la conforma.