¡Duele tu partida, Fer!

¿Creéis que el pasado, por el hecho de haber pasado, es algo ya acabado e inmutable? ¡Qué va!
Milan Kundera
La vida está en otra parte

Solo estamos de paso, para después partir hacía la mar de la eternidad.

La diferencia es como vivirla.

Fernando Tapia Rivera, Fer, vivió como quiso.

Murió de forma absurda, que no merecía. No pudo escoger como morir.

Imagino que escogería terminar sus días fumando sus cigarros de tabaco negro, degustando un buen mezcal minero y leyendo sus libros (o tal vez pintando), mientras la Parka le notificaba que sus días terrenales habían terminado.

Vivió como se le dio su regalada gana.

Vivió su vida como intelectual comprometido, participando en utopías que no consolidarían, pero construyendo lo que hoy se conoce como la Cuarta Transformación.

Hombre que fue director de la Facultad de Psicología de la UAQ y gracias a él, hubo un antes y un después en la institución.

Introdujo el psicoanálisis en los años setentas en las aulas de la facultad.

Es el gran aporte a la Máxima Casa de Estudios de Querétaro.

Político que jamás se corrompió y nunca se dobló ante el poder.

Se enfrentó al Sistema y pagó con el exilio.

En el sexenio de Mariano Palacios Alcocer, por proteger a su familia, tuvo que exiliarse en San Luis Potosí.

Siempre sostuvo sus convicciones, a pesar de las consecuencias.

No le importó, tuvo el privilegio de escoger como vivir.

Con su prosa, nos salvó del olvido.

Escribió libros que pudo publicar: “Alternativa Médica Nuevo Milenio: la Homeopatía y el psicoanálisis genético”; “Del psicoanálisis y el genoma humano”; “Hacía el Socialismo Global”; “La Globalización de la Vida”; “El Amor, Fascinación Sexual y Sociedad”.

Vivía la pasión del poema.

Publicó “De la misma luz del amor”, “Amor de luna negra”, “Punto y aporto”, “Silabario de voces”, “Para que el pueblo te respire”, “Para que tengas el sabor”, “Miramor”, “Del desierto amor en agua de mar”, “Poder ver en la sangre del día”.

Su obra máxima, que es referencia para entender la lucha de la Universidad Autónoma de Querétaro contra el Sistema: “El poder en contra de la psicología de la UAQ”.

Me quedo con el hombre íntimo, que salvó dos veces mi vida.

Apenas ayer hablé con él y hoy, se adelantó a la mar de la eternidad.

Me hará falta la contundencia de tus palabras, la suavidad del consuelo que no pedía, el aroma del café que me convidabas, tu sabiduría ante el humo del cigarro.

Sobre todo, me enseñaste como vivir.

Adiós, maestro.

Adiós, amigo.

Gracias, Fer.

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