En casi todos los actos de campaña del ahora presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador criticó el escaso crecimiento económico de los gobiernos anteriores, a quienes ha calificado neoliberales. En 2014, López Obrador acusaba en el sexenio de Enrique Peña nieto, que la economía del país crecía 0.8%. Peña Nieto y Videgaray no saben como hacerlo. “Perdón, pero con nosotros sería distinto y mejor”, dijo. Al final,el crecimiento económico en el gobierno de Carlos Salinas del 2%; con Ernesto Zedillo 3.7%; Vicente Fox 3%; Felipe Calderón 4% y Enrique Peña Nieto en un promedio de 2.3%.
Durante su campaña repetidamente se comprometió a hacer crecer la economía en un mínimo de 4% anual, sin embargo, a cinco años del mensaje con que criticó a su antecesor y a año y medio, en el esplendor de su gobierno, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) a cargo de Arturo Herrera, anunció que durante 2019 la economía del país tenía un pobre avance del 0.1%, casi igual a cero, y en el primer trimestre de 2020, aún sin un impacto del Covid-19, los analistas estiman que el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 1.7%, siendo la primera vez en 10 años que el crecimiento de la segunda economía de América Latina es negativo, algo que no había ocurrido desde 2009, cuando México se recuperaba de la crisis económica global.
Sin embargo, cuando se le pregunta sobre el gran problema económico y la consecuente afectación de todos los mexicanos, insiste en que tiene otros datos;que la economía va muy bien,que está respondiendo y que hay bienestar. Puede ser que no se tenga crecimiento pero hay desarrollo y hay bienestar, que es lo importante.“Estoy ahora trabajando sobre un índice para medir bienestar, un índice alternativo al llamado Producto Interno Bruto, un nuevo parámetro que va a medir, sí, crecimiento, pero también bienestar, también grados de desigualdad social. Se va a aceptar si hay crecimiento y hay menos desigualdad, y otro ingrediente en este nuevo parámetro, en este nuevo paradigma, la felicidad del pueblo”, dice.
“Tan bien que íbamos y que se nos presenta lo de la pandemia”, dijo apenas López Obrador para tratar de ocultar la verdad y confundir a incocentes, pero la economía,la salud, seguridad, empleo, educación, combate a la pobreza y demás, ha sido un desastre, un gobierno de “palos de ciego” que llevan a México a la incertidumbre, “al voladero”. Las predicciones del gobierno para 2020 son de una contracción del 3.9%, pero instituciones como Citibanamex y BBVA, estiman que ante los pocos estímulos del gobierno federal, tendremos una caída hasta del 11% o 12%, y un 3% en 2021, por eso López Obrador alista su índice diferente de medición del crecimiento, el bienestar, la desigualdad y la felicidad, alternativo al del PIB.
Ciertamente,el puro crecimiento económico, medido a través del PIB no es sinónimo de desarrollo de los pueblos si este está concentrado en unas cuantas manos. Es necesaria una justa distribución de la riqueza producida por todos; clases medias y trabajadores, productores de esa riqueza. Pero decir, para justificarse, que no hay crecimiento pero que la riqueza se está distribuyendo entre “los de abajo” y que por eso el pueblo está feliz, feliz, es una absoluta tontería, que existe sólo en la cabeza de AMLO y sus seguidores.¿Qué distribuye? No se puede hablar de bienestar y ser feliz cuando no se tiene empleo, vivienda digna, alimento, educación, salud, seguridad, servicios públicos, recreo, descanso, etcétera. El bienestar no es subjetivo, es resultado de las condiciones concretas en las que viven las familias.
El presidente trae confusiones en su cabeza que antes, como candidato en campaña por lo menos no las decía. Exigía, criticaba el escaso crecimiento económico de los anteriores gobiernos, sólo que esta confusión no sólo es por ignorancia sino también por conveniencia. Su nuevo modelo económico (Amlovers), el suyo, es el mismo de los gobiernos anteriores, el neoliberalismo que eliminó por decreto y critíca todos los días es sus mañaneras, sólo que más chafa, al pretender distribuir la pobreza.AMLO y su 4T no han aplanado la curva del coronavirus pero sí el del crecimiento ecoómico, aunque este fuera poco. Urge un Frente Nacional contra la crisis económica y social.