Crece el crimen y AMLO abandona la seguridad de los mexicanos

De ninguna manera se trata de criticar por consigna o por razones ideológicas, es solo cuestión de resultados. Todos estudios e investigaciones de encuestadoras serias hechas por distintas empresas dedicadas a medir los resultados del actual gobierno de la “Cuarta Transformación” en los distintos aspectos arrojan saldos negativos, contrarios a los prometidos en 2018 en que AMLO ganó la elección de la Presidencia de la República.

Por lo que respecta al combate a la pobreza, de acuerdo con información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), sólo en los dos primeros años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la población en situación de pobreza creció un 24 por ciento, equivalente a 3.8 millones de personas y en 2.1 millones las personas en pobreza extrema.

En el aspecto de la educación, supuestamente una de las políticas prioritarias de su gobierno, lleva cuatro años de improvisación y olvido; no hay planeación, evaluación, ni inversión. En lugar de invertir en infraestructura escolar, en la creación de programas de becas y la capacitación docente, el gobierno ha centrado su atención en reducir el presupuesto educativo, y en la idea de una educación “austera” y “sin lujos”, lo que ha llevado a que las escuelas se encuentren en pésimas condiciones materiales. Hay un deterioro preocupante, que requiere de una revisión seria y profunda del gobierno.

Y entre algunos otros rubros en los que no estamos mejor, como la salud, la seguridad de los mexicanos está peor que en los países en guerra como Ucrania, con todo y el apoyo armamentista que reciben de la OTAN encabezado particularmente de los Estados Unidos, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en su tontería de negociar y respaldar a grupos del crimen organizado y desorganizado, con un saldo de más de 160 mil muertos con violencia en lo que va de su gobierno, que han quedado regados por todo el país, acribillados o descuartizados, muchos de ellos inocentes.

Mención especial merecen los actos de violencia cometidos en la semana, como un atentado con coche bomba en Celaya, Guanajuato, nuevas masacres en Chihuahua, el asesinato del ex líder de los auto defensas en Michoacán, Hipólito Mora, y lo sucedido el pasado 27 de junio en Tuxtla Gutiérrez en que fueron secuestrados 16 empleados de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, bajados de un autobús que transportaba a trabajadores administrativos del cuartel de la Policía Estatal ubicado en Ocozocuautla, para ser usados como rehenes para exigir la destitución de tres funcionarios de esa secretaría por estar coludidos con otros presuntos grupos criminales.

Al día siguiente del secuestro circuló un video en las redes sociales, donde se observan 10 trabajadores de esa secretaría vestidos de civil, y uno de ellos explica las exigencias de sus secuestradores como condición para ser puestos en libertad a cambio de las renuncias de Francisco Javier Orantes Abadía, subsecretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana; Roberto Jair Hernández, director de la Policía Estatal Fronteriza, y Marco Antonio Burguete Ramos, director de la Policía Estatal Preventiva.

Otra grabación circuló después, en la que uno de los presuntos plagiados, arrodillado junto con otros, solicita que Orantes, Hernández y Burguete “le digan a su jefe, El Pulseras, que entregue a la persona que tiene secuestrada, pues “igual que nosotros, ella no tiene nada que ver y no tenemos que pagar justos por pecadores”.

Y mientras las esposas, padres, hermanos y demás familiares de los empleados secuestrados suplicaban la intervención del presidente y del gobernador de Chiapas, aceptar la negociación propuesta por los secuestradores para sean devueltos sus familiares con vida, éste, cínica y desvergonzadamente desde su conferencia mañanera del palacio, en lugar de condolerse ante tan bestial crimen, ordenó al final de su conferencia: que lo mejor es que deben ser devueltos por sus secuestradores. «Libérenlos, sino los voy a acusar con sus papás y abuelos», dijo. ¿Qué clase de presidente es este?

Ciertamente, en las últimas horas de viernes 30 de junio se informó por los medios de comunicación, la liberación de los secuestrados y eso es una buena noticia, pero nada se ha dicho de las consecuencias del nuevo “doblamiento” del gobierno de la 4T al que ya están acostumbrados, aunque los platos rotos siempre los paga el pueblo, como los empleados secuestrados.

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