Posicionamiento del diputado federal electo, Luis Humberto Fernández Fuentes:
La renuncia del Fiscal General del Estado de Querétaro, presentada ayer jueves, no puede ser leída como un hecho aislado y es parte fundamental de una trama política que puede ser de graves consecuencias para el estado. Sin duda, está vinculada a la captura de altos mandos de POES y luego a su muy sospechosa liberación.
Tampoco es diversa de la comedia de enredos involuntaria por la supuesta detención de varias personas por el robo de relojes y luego su desmentido; además de toda la grilla cortesana que hay alrededor de esto. Se están llevando muy pesado y sin medir las consecuencias.
Suponer que el precipitar la renuncia del Fiscal General del Estado representa una ventaja para que quien lo suceda sea votada o votado en la LX Legislatura, no solo es un acto de ingenuidad política que busca evadir el consenso con la nueva mayoría de Morena que habrá en el Congreso local.
Si avanza esta trama, lo único que logrará sería un fiscal cuestionado y con magra legitimidad.
Los hechos anteriores muestran la decadencia, la confusión y la guerra intestina que está sufriendo el PAN en Querétaro, así como el conflicto entre quienes encabezan el aparato de seguridad y justicia en el estado. Es obvio y evidente que ellos son quienes están pegando a las instituciones; que quede claro y constancia que nadie de Morena está abonando a esta circunstancia.
Hacemos un llamado firme a que se serenen, respiren profundo y retomen el consenso entre ellos; a que entiendan que la política es la forma de redimir lo conflictos a través del diálogo y aunque imperfecta es nuestra única esperanza de no enrarecer el desarrollo institucional y la salud de la vida publica queretana.
Demandamos que el Fiscal General explique con sinceridad y claridad, las razones que motivaron su renuncia.
No tiene sentido sacar una elección de manera atropellada y precipitada, lo más sano y lo más transparente es que esta sea votada en la nueva Legislatura.
Estas demandas no están basadas en una agenda política, es lo que exige el momento y el sentido común.
Entiéndanlo, con la seguridad y con la justicia no se juega.