En cascada se le han venido los problemas a este gobierno de la 4T que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
No sale de un problema y ya está metido en muchos más, por su atrasada manera de ver el mundo, por sus necedades y ocurrencias, y junto con él, su gabinete, que como niños, unos por coincidencia ideológica o intereses económicos y políticos se someten al mesías. Todavía no salen de un problema y ya están metidos en 100 más, y despues de año y medio, este gobierno no sólo no termina de “cuajar”, está a la deriva.
De la enorme lista de acontecimientos reveladores de la impericia del gobierno lopezobradorista destaco sólo algunos: el desabasto de gasolina, supuestamente para evitar el robo de combustible; el ridículo en la liberación de Ovidio Guzmán; ineptitud para evitar la tragedia en Tlahuelilpan, Hidalgo; la masacre de la familia LeBarón; la necedad por construir el aeropuerto en Santa Lucía; invitación y luego rechazo de migrantes centroamericanos; eliminación de miles plazas de burócratas; cierre de estancias infantiles; renuncias de Germán Martínez a la dirección del IMSS, Tonatiuh Guillén López, director al Instituto Nacional Migración y Carlos Urzúa, a la Secretariía de Hacienda y Crédito Público; asesinato de 13 personas en Minatitlán, Ver., y la construcción de la refinería en Dos Bocas, Tabasco.
Se suma que 2019 fue el año más violento en la historia del país; la imposición de Rosario Piedra Ibarra en la CNDH; cancelación del Seguro Popular; insultos a periodistas y el mal tratamiento de la pandemia que cayó sobre los mexicanos como “anillo al dedo”; la nula inversión en salud por lo que no se hacen pruevas Covid-19, no compran cubrebocas, menos camas o ventiladores; no se apoyó a Mipymes, la cancelación de energía eolica, y para rematar, se les cayó su teatro del combate a la corrupción. Así lo confirman, Proceso, la senadora y periodista Lily Tellez, Carmen Aristegui y una lista de medios extranjeros que ningún Morenista puede acusar de “chayoteros”, opositores, conservadores, neoliberales, hampa del periodismo y otros calificativos. Los delitos cometidos por servidores públicos como el uso ilícito del poder público, utilizar información para obtener beneficios, recibir pagos indebidos, intimidación, tráfico de influencias, cohecho, soborno, la malversación de dinero público, enriquecimiento ilícito, falsificación de sellos o documentos, se duplicaron en 2019. Nada más!
Un documento recientemente publicado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) institución creada por decreto presidencial en 1983 (no es neoliberal ni enemiga de Morena) para poner a disposicíón del gobierno y la sociedad, información demográfica, social, económica y del medio ambiente para conocer la realidad para fundamentar decisiones y evaluar, no tiene desperdicio. Dice que según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG), en 2019 crece 64% el costo de la corrupción en trámites y por ello las víctimas pagaron un total de 12 mil 770 millones de pesos, 64% más que en 2017 con un promedio por persona de 3 mil 822 pesos, un 56% más.
También demuestra que con López Obrador la proporción de corrupción pasó de 14 mil 635 víctimas por cada 100 mil habitantes en 2017 a 15 mil 732 en 2019, la tasa de incidencia creció de 25 mil 541 en 2017 a 30 mil 456 actos de corrupción en 2019, que 52.9% de las personas han vivido experiencias de corrupción con autoridades de seguridad pública, un 25% con personal del Registro Público de la Propiedad, en alcaldías y oficinas de expedición de permisos de uso de suelo, demolición o construcción, solicitudes de constancias de libertad de gravamen, etc. La encuesta también midió la corrupción y desconfianza en pagos, solicitudes de drenaje, alumbrado público, parques, metro, autopistas, recolección de basura, policía, la satisfacción de la población con los servicios de educación pública básica, universitaria, servicios de salud del IMSS, ISSSTE y Centros de Salud.
Los trámites con mayor costo a consecuencia de la corrupción fueron en educación y seguridad pública. La pérdida de confianza en la población obedece a que no se logra el cometido del trámite evidenciando ineficacia gubernamental.
Amlo como sabemos es un fraude, uno más. Sus discursos mañaneros contra los “neoliberales” y políticos de “antes” son para monopolizar la corrupción del nuevo gobierno, para entregar obras y programas por adjudicación directa a sus amigos de la anteriormente llamada “Mafia del poder”. ¡Se fueron los que estaban hartos y llegaron los que tenían hambre!