AMLO amenaza a la Corte e incita a la violencia

Nuevamente pareciera que el presidente Andrés Manuel López Obrador y su autollamada Cuarta Transformación no han acabado por comprender que la división de poderes es un principio político en el que los tres poderes: el legislativo, ejecutivo y judicial, constitucionalmente deben ser ejercidos por órganos de gobierno distintos, autónomos e independientes entre sí, y qué es esto precisamente lo que caracteriza a la democracia mexicana.

El presidente exige sumisión y entrega absoluta a su persona como representante del ejecutivo, y quien contravenga sus deseos no sólo merece su desprecio sino su desaparición política y física. Así se ha evidenciado con su acoso contra los consejeros del el Instituto Nacional Electoral (INE) Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, e imponer en su lugar a gente servil como la nueva consejera presidenta, Guadalupe Taddei Zavala, y con su fallido intento de colocar a la especialista en fotocopiado, Yasmín Esquivel Mossa, como ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.   

Y ante su fracasado intento por controlar legalmente a este poder, como hemos visto a través de los medios de comunicación, lo que pareciera una inocente parodia, el pasado 9 de marzo un grupo de personas violentas realizaron una manifestación en la sede de la Suprema Corte para insultar, y una persona con birrete en la cabeza, con metralleta de juguete amenazó de muerte a la ministra Norma Lucía Piña, situación que peligrosamente crece, pudiendo alcanzar consecuencias incalculables, provocadas por el propio Presidente López Obrador, quien las minimizó diciendo que “en una de esas fueron ellos mismos”.

Pero ¿qué ha provocado esa reacción de López Obrador? Pues nada, sólo su desmedida ambición que lo caracteriza por querer hacer lo que le venga en gana, repartiéndose el poder de la República y el dinero de los mexicanos entre su mafia y los miembros de su familia. Sólo eso. Las amenazas iniciaron el mismo día en que el presidente López Obrador hizo fuertes críticas contra la ministra por los fallos que apegados a derecho hizo, en contra de iniciativas violatorias de la Constitución, cometidas por el gobierno federal.

Inmediatamente después, a través de las redes sociales surgió el mensaje de un “chairo” identificado como @VicaPocnh, quien, con una foto de la ministra y la imagen de una bala, señaló que esa era la “solución” al “problema” que representa la integrante del máximo tribunal. Y para gozar de su cinismo en la conferencia mañanera de Palacio Nacional, el mandatario reprochó que las asociaciones de jueces y abogados le estén echando la culpa de los mensajes contra la ministra. Pues cómo no, si parece demente con pistola.

Y todos los días, excepto con los grupos de la delincuencia organizada, amenaza y agrede a los políticos de otros partidos, a los medios de comunicación, se lanza con todo contra el poder judicial. “Entre los jueces y magistrados del Poder Judicial permanece la corrupción y Piña Hernández no atiende ningún supuesto caso”, dice el presidente. “¿Qué juez ha sido juzgado? Deben de ser como dos mil o mil 500. ¿Qué magistrados han sido juzgados? repite. Si no se lleva a cabo la reforma al interior, hay que seguir haciendo la denuncia”, insiste el presidente.

Y en los últimos días por haber declarado inconstitucional y no como a él le convenía la reforma legal para trasladar al Ejército el control de la Guardia Nacional, alrededor de 10 personas desubicadas de Morena, instalaron un plantón calificado por ellos como “pacífico” en la entrada principal de la Corte, para acosar, insultar e invitar a los transeúntes a que firmen para remover a la ministra presidenta, Norma Lucía Piña, luego de que ocho ministros invalidaron la transferencia de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

No hay duda, pues, que los ataques al Poder Judicial se deben a los mensajes del presidente, quien con sus rabiosos discursos de odio señala como enemigos a todo aquel que no concuerda con su proyecto político. En lugar de trabajar por resolver la problemática de México, no ha hecho más que destruir las instituciones del país y confrontar a los mexicanos.

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