Este primer jueves de noviembre los integrantes de la LX Legislatura queretana recibirán al hombre fuerte de Andrés Manuel López Obrador, el que no sólo aprieta tuercas, sino desde la secretaría de Gobernación también tiende puentes, Adán Augusto López Hernández.
El tabasqueño, que le ha devuelto a esa dependencia su papel de ejecutar, operar pues, las políticas dictadas por el inquilino de Palacio Nacional no viene a Querétaro a ver si puede, sino porque puede viene.
Pese a los pataleos de la imberbe, políticamente hablando, dirigente de Acción Nacional, Leonor Mejía, y los berrinches de Antonio Zapata, el número Dos del gobierno federal hará gala de sus dotes negociadoras y de convencimiento para se apruebe la iniciativa que deja al Ejército Nacional en las calles más allá del mandato lopezobradorista.

Claro, la buena relación del gobernador Mauricio Kuri González con la 4T influirá sobre la bancada azul, para que el pleno apruebe la iniciativa presidencial.
No olvidemos que Mauricio Kuri no es panista.
Que es un político pragmático que no se ha entregado a pandilla alguna.
Enfrentado a Morena Querétaro, mantiene relación respetuosa con el gobierno federal.
¿Qué acuerdos -enjuagues dirían algunos despistados- hay entre Kuri González, Andrés Manuel y Adán Augusto?
Solo ellos lo saben.
Y no lo dirán.
Lo cierto es que solo se necesitan cuatro votos azules para aprobar la reforma constitucional.
Uno de los varios escenarios proyectados, es que a los cinco votos de Morena, se sumen tres del Revolucionario Institucional, dos de Querétaro Independiente, y uno del Verde Ecologista.
Suman once votos.
Faltarían dos.
En este escenario se contempla que campee en tribuna el rechazo panista, pero haciendo uso de su autonomía, dos azules aporten su voto a la iniciativa presidencial.
Ahí estaría meciendo la cuna el mandatario estatal.
Los duros del panismo alegarían «motivos de salud» para no acudir a la sesión de pleno donde se discutirá el tema.
Esto no implica que Kuri González esté entregado a AMLO, sino confirmará que es un político pragmático que pavimenta su camino para continuar avanzando en las grandes ligas del tinglado político.
Eso si, en el equipo del Señor del Palacio de Covián se prevé que el encuentro con legisladores queretanos sea ríspido, que los cuestionamientos de panistas rayen en la intolerancia, pero sin llegar más allá pues de algo puede presumir el tabasqueño es de su oficio político.
No en balde es el principal operador de quien manda en el país.