Recientemente se publicó la reforma al artículo cuarto constitucional; estableciendo un sistema de becas para todos los niveles públicos escolares, lo cuál representa un cambio en la dimensión de los programas sociales, puesto que ahora se trata de elevarlos al rango de derechos en la parte dogmática constitucional y que no serán condicionados o
utilizados electoralmente, sino, que se asumirán como una obligación del Estado.
Esta reforma, adicional a las que se han realizado a los artículos constitucionales es muestra de que se puede legislar en consenso y siempre atentos a los verdaderos menesteres de la colectividad.
En este tenor la transformación se ocupa de nuestro sector, ejemplo de ello es lo logrado en Querétaro a dos años del triunfo de nuestro Presidente, Andrés Manuel López Obrador, al crear dos de las 100 universidades públicas gratuitas en los municipios de: Tolimán y Ezequiel Montes. Así como los programas sociales que en nuestro estado han becado a más 60 mil estudiantes de educación media superior con el objetivo de evitar la deserción y que puedan continuar con sus estudios universitarios, han empleado a más de 8 mil aprendices en diferentes centros de trabajo; con el propósito de vincular a los jóvenes de entre 18 y 29 años con empresas, talleres, o negocios para desarrollar habilidades y competencias técnicas para incrementar sus posibilidades de empleabilidad. Así mismo se han otorgado más de 3 mil becas a estudiantes de escasos recursos del nivel superior para que continúen su profesionalización en igualdad de condiciones.
Estas cifras son el resultado del trabajo en conjunto de los poderes legislativos y ejecutivos de la federación; contribuyendo al bienestar de las juventudes mexicanas y queretanas, en los ámbitos educativos, laborales y sociales También se tiene que evaluar y reconsiderar las políticas públicas que en su momento no dieran los resultados esperados. Es así, que se debe de vigilar y monitorear el funcionamiento de los programas, y mejorar en su caso lo necesario, porque no somos iguales.
Hace dos años demostramos que somos una generación liberada y escuchada, que la democracia joven está a la par con nosotros, que el espíritu liberador y revolucionario de los jóvenes magonistas, los del 68, de los 43 normalistas, del movimiento #YoSoy132 y Morenaje sigue vigente y que poco a poco recobraremos nuestro futuro.
No cabe duda, nuestro presente es más prometedor.