¿Transformación o capricho? Las reformas constitucionales

Estrella Rojas

El 5 de febrero de este año, el presidente López Obrador presentó 20 iniciativas que reforman la Constitución, en diversos temas, algunos nobles, otros altamente perjudiciales.

La semana pasada, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó una primera tanda de estas reformas, y se tiene una agenda para votar todas las propuestas presidenciales antes de que concluya agosto, tiempo en que también termina esta Legislatura.

La razón por la que se hace con prisa y atropelladamente, es porque Morena muy probablemente tendrá, en la nueva Legislatura, los votos para aprobarlas en la Cámara de Diputados e intentará hacer lo mismo en el Senado, así que los dictámenes se subirán al Pleno en septiembre, sin esperar a que se instalen las nuevas comisiones.

Lamentablemente, la guía para estas reformas no es un trabajo planeado y efectivo, sino complacer a López Obrador, por lo que los diputados de Morena se resisten a modificar los textos originales, incluso si es para corregir la redacción o las faltas de ortografía.

Esta primera tanda de reformas, son temas nobles y sin grandes riesgos, no obstante, adolecen de defectos que comprometen su efectividad, como la carencia de objetivos medibles, insuficiencia de recursos para su implementación, posibles afectaciones a particulares, entre otros.

Además, existe una notable falta de técnica legislativa, pues se incorporan en la Constitución normas que deberían estar en leyes secundarias, se duplican disposiciones, se ubican en artículos que no les corresponde, etc.

Los temas abordados fueron: más becas a jóvenes; garantizar una pensión y vivienda a los trabajadores; que la fijación anual de los salarios mínimos sea superior a la inflación; promover la construcción de trenes de pasajeros, y establecer en la Carta Magna, que el gobierno deberá ser austero y limitar la percepción de los servidores públicos.

Algunas reformas son discursivas, pues el acceso a vivienda, salarios dignos, topes a salarios en el gobierno y la posibilidad de reinstaurar los trenes de pasajeros, ya están en nuestra Constitución, el reto es y seguirá siendo la efectividad de la norma.

Por ello, el voto de la oposición en la mayoría de los proyectos fue a favor, haciendo constar los defectos, riesgos e inconsistencias existentes, debate que seguirá al momento de abordarse en el Pleno.

Se pudo construir un paquete de reformas de mayor alcance y efectividad si realmente hubiera voluntad política de transformar con resultados, a mediano y largo plazo, y no sólo obedecer al mandatario saliente quien deja un gobierno endeudado, reducido e ineficiente.

Al final, los temas más importantes se verán en los próximos días, como la reforma judicial o la desaparición de los organismos autónomos, los cuales ponen en riesgo nuestra democracia, la estabilidad económica y, en general, la viabilidad del país, por lo que estaremos pendientes a su desarrollo.

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