Mucho se ha hablado sobre el tema del agua en los últimos meses por la falta de este vital líquido para el consumo humano. Ha merecido innumerables comentarios y notas periodísticas, análisis de especialistas en ecología y medio ambiente, todos concluyentes en que el uso desmedido de los recursos hídricos, la deforestación, la escasez de lluvias y el aumento en la temperatura del planeta, agravan la sequía en el territorio nacional, con graves consecuencias.
El derecho al agua es un derecho humano reconocido en el artículo 4 de la Constitución Política de México, que especifíca: todas las personas en condiciones de igualdad y no discriminación puedan contar con agua suficiente, segura y asequible para usos personales y domésticos, incluyendo el consumo de bebidas y alimentos, higiene personal y la preparación de los alimentos en el hogar.
En julio de 2010, la Asamblea General de la ONU reconoció el derecho humano al agua y al saneamiento como derechos esenciales. Dicha resolución exhorta a los Estados y organizaciones internacionales a proporcionar recursos financieros, propiciar la capacitación y la transferencia de tecnología para ayudar a los países, en particular a los países en vías de desarrollo, y a proporcionar el suministro de agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible para todos.
Eso se establece legalmente en el mundo y en México, pero la realidad es completamente distinta. Según datos del INEGI, sólo el 52.3% de los mexicanos cuenta con suministro constante de agua, ya que en 2023 la cifra de mexicanos con suministro de agua potable constante descendió respecto a 2021, tras la crisis hídrica que viven algunos estados del país.
La Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) ha revelado que el porcentaje de la población urbana con servicio constante bajó considerablemente, ya que mientras en 2019 un 62.4 por ciento de las personas contaron con este servicio, en 2021 disminuyó al 57.7 por ciento, y para 2023 se redujo a sólo el 52.3 por ciento.
Según la Conagua, los estados más afectados por la escasez de agua, en sequía extrema son: Guanajuato, Querétaro, Hidalgo y Veracruz, y en condiciones anormalmente secas: Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Tlaxcala, Puebla, Chiapas y Yucatán.
Ningun gobierno se ha preocupado por el bienestar de la población, con un proyecto hídrico serio, científico, que garantice que los mexicanos cuenten con la cantidad elemental de agua potable y saneamiento, igual que nadie se ha interesado por atender las urgentes necesidades de alimentación, salud, educación, vivienda o la seguridad pública de millones de mexicanos humildes. ¿Qué proponen para evitar que unos cuantos políticos y grandes industriales nacionales y extranjeros acaparen el agua en México y en Querétaro? Nada.
Según la propia Conagua, la refresquera Coca-Cola, extrae 52 mil 800 millones de metros cúbicos de agua al año; Pepsi, 32 mil millones; Kimberly-Clark, 27.3 millones, Danone, 15 mil 400 millones, Nestlé, 9 mil 700 millones, y Aga, 5 mil 200 millones, entre muchas más, mientras los políticos en campaña, reducen sus discursos a promesas y llamamientos a ahorrar el agua, a realizar foros y pactos por el agua, sin faltar la “repartidera” de tinacos azules a cambio de votos.
La falta de lluvia y las campañas políticas obliga a los candidatos a hablar sobre el agua, pero nada proponen para resolver la terrible situación en las comunidades de El Torno, Las Joyas, Cerro Colorado, Tierras Coloradas, La Blanca, El Huizache, El Hortelano Los Lirios, El Suspiro y El Limón, en el municipio de Cadereyta.
Nada proponen para resolver la sed de cientos de familias de las colonias Benito Juárez, Altos del Pueblito y muchas más del municipio de Corregidora. Nada se comprometen a hacer para resolver el problema de falta de agua potable en las colonias y comunidades de la capital del Estado, San Juan del Río, para terminar el proyecto “El Acayo” en Pinal de Amoles, ni en Tolimán, que tienen agua cada dos meses, pero les cobran cada mes.
Por eso, y porque las necesidades no esperan tiempos, ni tienen colores, ni partidos, el Movimiento Antorchista emprenderá ya, la lucha por la demanda de agua para todos los queretanos.