Contrariamente al desgastado discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador: “Por el bien de todos, primero los pobres” repetido el pasado 1 de septiembre, en su 5º Informe de Gobierno, en que festejó la supuesta reducción de la pobreza de los mexicanos.
Según el presidente, que como sabemos, da a conocer a los mexicanos los datos que quiere y le convienen, celebró el más reciente informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), calculadamente, en los días previos al informe, consistente en que del año 2020 a 2022, un 8.9 millones de mexicanos dejaron de ser pobres, calificando como “histórica” la reducción en la pobreza y desigualdad a lo largo de su administración.
Según sus datos, de 126 millones de habitantes de nuestro país, se contabilizaron 46.8 millones de mexicanos en situación de pobreza en 2022, casi 16% menos que las 55.7 millones de 2020. De acuerdo con la información del Consejo, el porcentaje de población en situación de pobreza bajó de 43.9% de 2020, a 36.3% en 2022.
Ahora hay menos pobreza y menos desigualdad, esto es un gran logro. “Creo que el objetivo es lograr la justicia y la felicidad del pueblo», destacó López Obrador, agregando que la pobreza también disminuyó frente a la medición previa de 2018, con una reducción de 5.1 millones de pobres desde entonces, situación que no checa con el hecho de que apenas en 2020 se habían añadido 3.8 millones de pobres por la crisis de la pandemia de la Covid-19, que por cierto en ese entonces AMLO cuestionó la medición del Coneval.
Una de las tantas pruebas es la advertencia hecha el martes 3 de octubre, por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el sentido de que México mantiene uno de los niveles de pobreza y desigualdad más altos del grupo integrado por 38 países, incluyendo Chile, Colombia y Costa Rica.
En el informe anual del organismo internacional sobre reformas estructurales, la OCDE reportó que México tiene un índice de brecha de pobreza de 34.2, por encima del promedio de 28.7 del resto de los países de la organización.
Explicó que mientras que el índice de Gini, que mide del 0 al 100 la desigualdad por ingresos, en México es de 42 en México, que significa 10 puntos por arriba de la media del organismo. “México tiene uno de los niveles más altos de pobreza y desigualdad de ingresos de la OCDE, lo que llama a continuar los esfuerzos y fortalecer la protección social, notablemente para hacerla más eficiente y responsiva a los ciclos económicos, reducir las brechas de género y mejorar la educación”, señaló.
De ahí que entre algunas de las recomendaciones que la OCDE hace al gobierno de México, destacan entre otras: establecer un esquema federal de seguro de desempleo, una red de guarderías con prioridad para hogares de bajos ingresos, y programas para reintegrar a las escuelas a estudiantes que desertaron durante la pandemia de la Covid-19. Además, la OCDE sugirió ampliar la base de los impuestos de carbono y gradualmente incrementarlos para usar lo recaudado en apoyos a los hogares de bajos ingresos, y mantener regulaciones que promuevan las renovables y la participación del sector privado, y modernizar la red eléctrica con tecnología inteligente.
Pero no nos dejemos engañar, ni manipular, durante el gobierno de la 4T, la mejora en las condiciones de vida de las familias con menores ingresos ha sido un rotundo fracaso. La pobreza y la pobreza extrema han crecido en los últimos años y se incrementaron las carencias para acceder a los servicios de salud, al pasar de 15% a 39.1%, lo que significa que 30 millones de personas no tienen acceso a los servicios de salud que había en 2018.
Sin tener todos los datos, los mexicanos lo sabemos porque vivimos, y sufrimos en carne propia las carencias y las grandes dificultades económicas, y como lo había explicado ya el Dr. Julio Boltvinik, economista de la UNAM, consultor de varios organismos internacionales como la CEPAL, FAO, UNESCO, etcétera, y experto en medición de la pobreza, los mexicanos que viven carencias sociales o no tienen ingreso suficiente no son los que reporta el Coneval ni el gobierno de López Obrador, sino muchos más que suman el 72.9%, es decir, 94 millones de personas. ¿Con estos resultados, hay motivo para festejar?