Antonio Morales
Las elecciones del 2021 en Querétaro fueron arrasadoras por la parte vencedora. Acción Nacional, dejó claro que es el partido preferido de los queretanos para bien o para mal, pese a los pocos resultados del gobierno de Domínguez Servién, que al final de su mandato se vio absorbido por la pandemia mundial del SARS CoV-2, que azotó al mundo entero, y pese además a la ola morenista que se ofrecía como una alternativa, respaldada y apoyada desde las mañaneras de Palacio Nacional.
Los números fueron claros. Participó el 52.27% de la población. La gubernatura la ganó el Partido Acción Nacional (PAN) con el 54.08 por ciento de los votos, Morena sumó el 24.02, menos de la mitad de los votos obtenidos por el partido en el poder en el estado, el resto se dividió entre los otros partidos políticos, entre ellos en PRI venido a menos cada vez. Once de los 18 municipios, son gobernados por el PAN, el PRI, PVEM y candidatos independientes: dos cada uno respectivamente, mientras que Morena a pesar de haber obtenido una votación más alta, solo se quedó con uno. Esto confirma las líneas con que abrí este tema.
A nivel nacional pareciera que las críticas del PAN hacía el gobierno de Andrés Manuel no se limitan, son claras y contundentes, por lo que uno pensaría que siendo consecuentes, en Querétaro se viviría en mismas condiciones que el estado exige al morenismo pero no es así. Fuera del Centro Histórico y algunos sitios específicos la pobreza es evidente.
Desde mi punto de vista la elección para gobernador en el estado de México y la desatención de la ciudadanía de Querétaro es “la crónica de una muerte anunciada” en el estado. Hace dos años a la hora de definir candidatos, solo había dos vertientes: Morena o el PAN. Los votantes en general solo se dividían por estos dos partidos, y el que para mí era y pudo haber sido el candidato más fuerte era el doctor Gilberto Herrera Ruiz, político conocido y respetado desde que fue rector de la UAQ. Además como delegado de Bienestar en Querétaro, estaba bien posicionado y tenía una fuerte actividad política, en toda la entidad. Pero por alguna razón el candidato no fue él, sino Celia Maya.
Una mujer con una carrera profesional y académica impecable, pero en el ámbito político era perdedora, y ante la opinión de la población no figuraba como una alternativa. Los resultados no podían ser otros, era cosa de tiempo como pasó. ¿Será que Morena se dio no accidental sino calculadamente un balazo en el pie? ¿Cuál fue el análisis que hizo al morenismo en el estado inclinarse por Celia Maya y no por Gilberto Herrera?
¿Será que hubo acuerdo entre las cúpulas de Acción Nacional y Morena? No sería la primera vez que hay acuerdos en el estado. Para nadie es un secreto la forma en como llegó Pancho Domínguez a la Casa de la Corregidora, motivo por el que Roberto Loyola renunció por completo a la política. Saque usted sus conclusiones, amable lector.
Existe inusual silencio de Morena en relación al mal gobierno Mauricio Kuri, que a mi parecer “por debajo de cuerda” está pactado desde antes de las elecciones de 2021 entre su partido y el partido del presidente López Obrador.
¿Ha sido por estrategia? ¿A cambio de qué? Lo cierto es que en Querétaro Mauricio Kuri, salvo algunas organizaciones sociales, no tiene oposición ni críticos que señalen sus errores que por cierto no son pocos, como el de su ineficacia para resolver el tema del agua, el transporte y la inseguridad, o el crédito de tres mil 300 millones de pesos, casualmente aprobado por los legisladores de Morena pero que pagaremos la gran mayoría. A pesar de eso, Morena continúa trabajando poco a poco en su intento de convencer a los queretanos con su clásica estrategia populista que le caracteriza, pero a pesar de eso avanza, sin duda.