Fernando Acuña Piñeiro
Cuando AMLO vino a Tamaulipas, ya como Presidente electo, en un almuerzo en Las Viandas, Américo y JR ocuparon los asientos más cercanos. López Obrador los colocó uno a su derecha y otro a su izquierda. Ya desde ese tiempo, se percibían en estos dos tamaulipecos, los celos por el poder.
Hoy ambos recorren el estado, entregando beneficios , a nombre de la cuarta transformación obradorista. Sus posiciones les dan licencia para ir y venir por todo el territorio tamaulipeco.
Un tercero sería el Delegado de Gobernación, Felipe Garza Narvaez, pero el avezado ex priista, se mantiene en un papel más institucional, más apegado a la norma. De tal suerte que, los que compiten abiertamente, son el senador Américo y el encargado del asistencialismo social, José Ramón Gómez Leal, el JR.
Extrañamente, ni el JR ni Américo, se han juntado para tomarse la foto, cuando menos. Al contrario, han dejado que los tamaulipecos hagan sus propias deducciones, la mayoría de ellas, en el sentido de cada uno de estos dos alfiles del futuro morenista, andan por su lado.
En este caso, el conocido refrán que dice: “Juntos, pero no revueltos”, prácticamente quedó obsoleto, pues aquí, los equipos del Super delegado y del senador de la república, están muy lejos de andar juntos, mucho menos revueltos. Más bien, cada quien busca hacer valer su propio proyecto.
En materia de análisis, uno de los principales mensajes de este novedoso escenario, es que le están colocando al JR, un competidor en la operación de la política social, que hasta hace unas semanas, correspondía exclusivamente al reynosense. Hoy, sin duda alguna, Gómez Leal, tiene en la persona del senador, un rival político por el futuro del 2022.
La deducción en automático, es que el JR no la tiene nada segura. Y que desde la ciudad de México, sus padrinos están perdiendo terreno, ante quienes están impulsando la carrera del cardiólogo Villarreal Anaya. Este último sabe muy bien que la tiene cuesta arriba, pero hace su lucha. Este fin de semana por ejemplo, AVA anduvo en los municipios pobres del altiplano, y se tomó fotos entregando despensas en Bustamante.
Una de las preguntas que se imponen, es la siguiente: ¿Quién de estos dos personajes le resultaría más cómodo al Gobernador Cabeza de Vaca, en la esperada contiende por la gubernatura, en dos años más..?
En el 2018, Américo llegó de atrás para vencer a la fórmula panista al senado, pero obviamente contó con toda la fuerza del oleaje electoral provocado por el fenómeno López Obrador. En esta ocasión, las cosas serían distintas, y si el médico victorense, fuese el candidato, tendría que unificar primero a todos los grupos morenistas que actualmente andan sueltos. Y no están dispuestos a entregar fácilmente su alcancía política.
En lo que se refiere a padrinazgos de las élites morenistas del país, Américo está aliado desde siempre con Yeidckol Polenvsky, y también hemos visto que recibe espaldarazos del líder del senado Ricardo Monreal. Pero el mismo Presidente lo mira bien. Fue AMLO quien lo metió al juego, luego de que figuras como el mismo JR, corretearon mucho la liebre de la alcaldía primero, y luego de la senaduría, sin conseguirlo.
El JR, por su parte, se sabe que cuenta con el respaldo de Gabriel García, brazo derecho de AMLO en política social, y probablemente con el apoyo de Bertha Luján. Aunque esta última trae también otras cartas en su baraja sucesoria tamaulipeca.
También es pertinente analizar, si el cercano parentesco del JR con la familia del gobernador, lo afecta o le beneficia. El hecho de que sea cuñado del número uno tamaulipeco, lo coloca en una situación privilegiada, incluso se habla por ahí de acuerdos dinásticos transexenales. Pero la verdad es que, el poder no se comparte.
Y en este sentido, Cabeza no va a preferir al JR, antes que a su hermano Ismael, que por el momento está muy poderosamente perfilado. En columnas nacionales, se ha especulado en el sentido de que el proyecto cabecista en Tamaulipas es cuando menos de ocho años, pero podría ser todavía más largo.
Esto es porque, si la próxima gubernatura fuese de dos años, entonces la siguiente sería de seis, y aquí podrían impulsar a la actual Presidenta del DIF tamaulipeco, que trae excelentes números, en cuestión de apoyo a los sectores más vulnerables. De hecho la política de asistencia social obradorista, que comanda el JR, tiene en el DIF tamaulipeco a su principal competencia. Y creemos que por el momento, José Ramón se está viendo superado.
Mientras son peras o manzanas, la gran diferencia es que los actores de la política social obradorista, andan cada quien por su lado. Y lo más lamentable, es que están enfrentados, pues ni AVA ni JR se pueden ver. Traen divergencias muy severas.
Mientras que por el lado estatal, todas las acciones se alinean en la gran columna vertebral liderada poderosamente por el gobernador.
Lo anterior trae como consecuencia, un cúmulo de debilidades, contra una suma de fortalezas.
Y en lo inmediato, no se ve por ningún lado, como puedan cambiar las cosas.