Emiliano Gonzaga
Amigos, después de una semana de lo ocurrido en el Corregidora y ver el poder de las redes y las reacciones institucionales, finalmente estas semanas que comienzan serán clave para saber si el Gobernador mantendrá integro su gabinete o realizará ajustes para seguir poniendo a Querétaro en el siguiente nivel.
Afortunadamente para el Gobernador, las acciones de la Fiscalía del Estado han matizado las críticas en redes sociales y aportado una dosis de confianza en las instituciones de seguridad y justicia.
Pero ¿está siendo suficiente? Y lo pregunto así, porque están en juego las decisiones gubernamentales del gabinete en los próximos cinco años. Inclusive me iría mas allá, está en juego la credibilidad de Gobernador, aquella que no se refleja ni se compra en los medios ni en las redes, sino aquella que circula de “boca en boca” en el vecino y en el amigo.
Lo del Corregidora dejó mal parada la credibilidad de las instituciones. Después del “5M” todos conocemos a alguien que desconfía de la versión oficial. Y esto es duro golpe a una administración que apenas lleva cinco meses.
Esta claro que las acciones “post evento” y el trabajo de la Fiscalía del Estado, matizaron las criticas, pero no está siendo suficiente cuando la gente “de a pie”, observa que el Gobernador mantiene funcionarios que no respondieron a una crisis social.
La decisión de esta semana deberá contemplar con objetividad y firmeza lo que durante toda la semana han cuestionado medios locales y nacionales: ¿hubo previsión en las áreas de inteligencia de SEGOB?, ¿fue irresponsable protección civil al permitir el evento? y ¿por qué no actuó la Policía estatal?
Las respuestas en palabras pueden ser muchas, pero hoy en día, los responsables institucionales se mantienen en su puesto y esto pone en duda la credibilidad del Gobierno.
El “librito” indicaría que mover titulares sería un error, sobre todo si apenas llevan cinco meses, pero la realidad evidenció que la inexperiencia y falta de acción en su gabinete, lesionó a personas y gravemente.
Si nos ponemos a juzgar los rostros del Gobernador en las últimas entrevistas, ya no existe la “luna de miel” que se afianzó en junio pasado.; es más ya no volverá. Pero si existe un rostro de empatía, de responsabilidad y de enojo por las omisiones.
El Gobernador enfrenta su máxima crisis en política, una decisión que marcará a su gobierno, que velará la fortaleza institucional del futuro, evidenciará su entereza personal y recobrará o no, la credibilidad de su figura política.
Para todos los demás, sólo nos resta esperar que todo sea por el bien de Querétaro.