Un sipizape provocado por la Policía Estatal empañó la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Querétaro para conmemorar el 105 aniversario de nuestra Constitución Política.
A decir de fuentes bien informadas, la provocación fue montada por el subsecretario de Desarrollo Político Erick Gudiño, como estrategia para desgastar al delegado federal de Gobernación Joaquín de la Lama.
Enfrentado con el gobernador Mauricio Kuri González por el tema del reemplacamiento, se ha convertido en un actor incómodo para la administración estatal.
Desde hace días, personal bajo el mando del excalzadista Gudiño Torres, desactivó un pretendido plantón de la Unidad Cívica Felipe Carrillo Puerto en Jardín de la Corregidora, asegurando que serían recibidos brevemente por el Jefe del Ejecutivo.
Hoy, concertadores de la secretaria de Gobierno, por órdenes del expriista Erick Gudiño, llevaron a unos 300 colonos y comerciantes liderados por Pablo González-Loyola Pérez fueron llevados al teatro Rosalío Solano y una comisión de tres personas sería recibida ya no por el presidente, sino por funcionarios de la Presidencia.
No fue así.
Los carrillistas se movilizaron al Jardín de la Corregidora, pues no les recibían su pliego petitorio.
Al esperar los atendiera personal de la Presidencia, elementos de la POES arremetiron contra los manifestantes, empujando las vallas metálicas y algunos saltandolas.
Uno de ellos, uniformado, le aplicó una llave a Juan Velázquez, en tanto otro metió la mano al bolsillo de su pantalón para extraerle su teléfono.
El uniformado se desplazó hacia la calle Angela Peralta, mientras otros arremetían contra la multitud.
Gente de Gudiño Torres expresó a Pablo González-Loyola que era responsabilidad de Joaquín de la Lama la logística y la descoordinación.
Alguien susurró al oído de este reportero:
El jefe -Kuri- ya pidió la cabeza de Joaquín. Esto lo operó Gudiño.
Finalmente, el celular le fue regresado a Juan Velázquez, pues efectivamente le fue sustraído por un uniformado.