El Municipio de Querétaro debe priorizar este año la actualización del Plan de Desarrollo Municipal como una manera de dar certeza al modelo de ciudad que desea la población y dejar de afectar la calidad de vida con cambios de uso de suelo que responden a ocurrencias de último momento o a intereses económicos de desarrolladores, afirmó la Regidora de Morena en el municipio, Ivonne Olascoaga Correa.
Ante la convocatoria para actualizar los programas parciales de desarrollo, cuestionó que la administración se resista a realizar los cambios de fondo necesarios, porque mantener un documento que ya no atiende a las necesidades reales solamente facilita que intervengan intereses económicos ajenos al de la colectividad y a la sustentabilidad.
Abundó que hoy se permiten abusos como el pago en económico de zonas destinadas para equipamiento y áreas verdes, lo que despoja a la gente de su derecho a un medio ambiente sano o de mayor calidad de vida; además, se permiten aumentos de densidad y cambios de uso de suelo a capricho de unos cuantos, sin importar que los servicios y la infraestructura pública no sean suficientes para una mayor cantidad de población.
“¿Cuál es la razón de hacer nuevos planes parciales de desarrollo urbano si en 2017 con Marcos Aguilar se aprobaron dichos programas y planes, como resultado de un trabajo de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) pero durante toda la administración anterior y la actual se han aprobado cambios de uso de suelo con el sustento jurídico y técnico de los planes de 2017? Se han ignorado los planes de desarrollo urbano del municipio de Querétaro cuando el trabajo de la UAQ fue muy completo porque contempla estudios hidrológicos, sociológicos, económicos que abrían paso a la razón de ser de los usos de suelo asignado a cada delegación y colonia, hoy solo se justifican cambios con un estudio técnico parcial que enfrenta a los habitantes unos a otros”, declaró la regidora.
El Plan de Desarrollo Municipal contempla la fundamentación jurídica de cada delegación, un diagnóstico y pronóstico, los objetivos metas, usos de suelo permitidos de acuerdo con las características de cada zona y un esquema de seguimiento para evitar que aumenten los problemas como la sobreexplotación del acuífero, así como la identificación de las áreas verdes y susceptibles de protección.